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gestión del tiempo

El mercado laboral demanda actualmente ser cada vez más productivo y organizado para destacar respecto a la competencia.  Saber gestionar bien los recursos, y concretamente el tiempo, se ha convertido en una característica de alto valor que llama la atención de reclutadores y personal de recursos humanos de las empresas.

Imagina este escenario: dos personas altamente cualificadas compiten por un puesto de trabajo vacante. Ambos poseen habilidades técnicas excepcionales y una dilatada experiencia laboral. Ante esta situación, hay un factor que hace que se incline la balanza hacia uno de ellos. Hay algo que marca la diferencia: la capacidad de gestionar el tiempo de manera efectiva.

La persona que domina el arte de organizar su jornada laboral, de establecer prioridades, de delegar en otros las tareas que le quitan tiempo (aunque sean necesarias) y de mantener el foco en las tareas clave tiene una ventaja competitiva significativa respecto a su “adversario”.

La gestión del tiempo no solo implica la capacidad de completar tareas de manera eficiente, ésta incluye también la capacidad de aprovechar al máximo cada momento disponible para avanzar hacia los objetivos previamente marcados.

En un entorno donde el tiempo es un recurso limitado y preciado, aquellos que saben cómo administrarlo adecuadamente, sin duda, están mejor posicionados para destacar y sobresalir.

En una escala de 1 a 10, ¿qué nota te pondrías respecto a la gestión que haces del tiempo? En el supuesto anterior, ¿Serías seleccionado antes que la otra persona? ¿O crees que tienes que trabajar en esta cuestión?

Sea cual sea tu respuesta, y fueses escogid@ o no, creemos que todas las habilidades que tenemos tanto profesionales como personales hay que trabajarlas continuamente. Por ello, te vamos a dar una serie de consejos que creemos que pueden ayudarte a gestionar mejor tu tiempo en cualquier ámbito:

  • Establece metas claras y específicas:

Antes de empezar cualquier tarea, define qué es lo que quieres lograr. Clasifica lo que tengas que hacer en base a dos variables, urgencia e importancia. Con esto te será más fácil saber que debes hacer, delegar o programar a corto plazo.

  • Diseña un plan para alcanzarlas:

Una vez hecha la clasificación anterior, diseña un plan en el que cada tarea incluya a su vez tareas más pequeñas y asígnales tiempos específicos a cada una. Bloquear tiempo a tareas específicas, por ejemplo, responder emails durante 15 minutos, te ayudará a ser más productivo.

  • Elimina distracciones:

Identifica qué te distrae durante tu jornada laboral y busca formas de minimizar esas distracciones. Esto puede incluir apagar las notificaciones del teléfono, trabajar en un ambiente tranquilo o establecer horarios específicos para revisar correos electrónicos o redes sociales.

  • Utiliza herramientas de gestión del tiempo:

Existen numerosas aplicaciones y herramientas diseñadas para ayudarte a organizar tu día, como calendarios digitales, aplicaciones de listas de tareas y técnicas de gestión del tiempo como la Técnica Pomodoro.

  • Aprende a decir «no»:

A veces, para proteger tu tiempo y mantener el enfoque en tus metas, es necesario rechazar nuevas responsabilidades o solicitudes que no contribuyan a tu objetivo principal.

  • Delega tareas cuando sea posible:

Si tienes demasiadas responsabilidades, considera delegar algunas tareas a otros miembros del equipo o buscar ayuda externa. Delegar puede ayudarte a liberar tiempo para concentrarte en lo que realmente importa.

  • Evalúa y ajusta tu enfoque:

Regularmente revisa tu plan y tu forma de gestionar el tiempo para identificar áreas de mejora. Ajusta tu enfoque según sea necesario para adaptarte a los cambios en tus prioridades y circunstancias.

Con estos consejos puedes mejorar tu gestión del tiempo pero esto no quiere decir que haya una receta mágica que sirva para todo el mundo. No todo vale para todos… Prueba con alguno de ellos un tiempo, incluye otras rutinas que se te ocurran y creas que puedan serte útiles y decide con cuáles te quedas y con cuáles no. Si sientes que no van contigo, prueba con otras maneras de hacer, otras herramientas,… reajusta las veces que sean necesarias hasta que des con la fórmula que más se ajuste a ti.

En un tiempo, para saber si vas por buen camino, vuelve a plantearte:

“En una escala de 1 a 10, ¿qué nota me pongo respecto a la gestión que hago del tiempo?”

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